Una breve visita para encontrarse con su amigo, el empresario Florencio Aldrey y cenar con él y con Daniel Scioli en el Hermitage Hotel. Renovando una vez más su profundo amor por la Argentina y en especial, por esta ciudad.
Ingresó como una tromba y saludando a todo el mundo, sonriente, feliz como -dice- “cada vez que vengo a Mar del Plata. Porque a esta altura de mi vida, sólo voy a aquellos lugares que me hacen feliz”, agrega. Julio Iglesias, pintón como decimos por estos lares, y a pura simpatía, estuvo ayer en el Hermitage para cenar con su anfitrión, Florencio Aldrey y el dirigente Daniel Scioli, por el sólo placer de compartir un momento con amigos, relajado y en la ciudad donde hizo recitales memorables.
El primer saludo en el ingreso, fue para Carolina Ardohain, “Pampita”, recién llegada del Paseo Aldrey donde había conducido el primer desfile de modelos de ese lugar. Para ella hubo un abrazo y un beso, y por supuesto palabras de halago, como el seductor sensible a la belleza que es. Luego, con Daniel Scioli, ingresó al salón comedor, donde ocupó una bien servida mesa junto a su anfitrión.
Pocas palabras para la prensa, porque su intención fue sólo la de hacer una cariñosa y rápida visita a la ciudad, casi de incógnito.
Pero era imprescindible que explicara qué fenómeno ocurre con él cada vez que vuelve al país, qué es lo que hace que en una Argentina en crisis, Julio Iglesias lograra no sólo agotar las entradas para la función inicial prevista para mañana en el porteño Luna Park -donde ofrecerá un recorrido por todo su repertorio-, sino sumar otro día, el 27 de este mes, porque miles de personas se habían quedado con las ganas de verlo.
Y contesta que es una cuestión de amor mutuo, que “adoro a este país, aquí me siento en mi lugar. He venido aquí hace ya 47 años. Imagínate que acabo de cumplir 52…” y se ríe con ganas, lanzando un poderoso grito bien a su estilo, para -dice- demostrar que tiene la misma voz de siempre. La que cautivó a millones de personas en todo el mundo.
No por nada lleva vendidos más de 300 millones de copias de sus 80 discos editados y es el artista hispano con más ventas de la historia.
Una voz inconfundible gracias a la cual a lo largo de su carrera logró obtener 2.600 discos de platino y oro, además de haber realizado más de 5.000 conciertos en vivo, en 600 ciudades de todo el planeta.